El regreso del alma: ‘Chuchito’ López vuelve a vestir la azul y blanco

En el corazón del fútbol guatemalteco, pocas noticias han conmovido tanto en los últimos tiempos como el regreso de Antonio de Jesús López a la Selección Nacional. Conocido con afecto y respeto como “Chuchito”, el volante nacido en México pero con sangre chapina vuelve a vestir la camiseta azul y blanco, después de una ausencia prolongada que dolió tanto como intrigó. No era solo un jugador el que estaba fuera, era un alma que faltaba en el mediocampo.

Una Selección en busca de identidad

Guatemala atraviesa uno de los momentos más inciertos de su historia futbolística reciente. En la actual clasificatoria hacia la Copa Mundial de 2026, el equipo nacional marcha en el último lugar de su grupo con apenas un punto. La falta de resultados, combinada con una evidente crisis de liderazgo y juego, ha encendido todas las alarmas.

En este contexto, los ojos están puestos en los dos próximos partidos eliminatorios: el 10 de octubre contra Surinam en Paramaribo y el 14 de octubre frente a El Salvador en el Estadio Cuscatlán. Allí podría reaparecer Chuchito López, no solo como jugador, sino como referente anímico y futbolístico.

El exilio de ‘Chuchito’

El nombre de Antonio López había desaparecido de las convocatorias por razones que nunca se oficializaron del todo. En el entorno se hablaba de decisiones técnicas, pero también de rupturas internas. Fuentes cercanas aseguraban que el técnico Luis Fernando Tena lo había señalado como parte del grupo que generaba tensiones dentro del vestuario.

La insinuación se volvió evidente cuando, tras un gol de Xelajú MC, su compañero Jorge Aparicio (otro de los grandes ausentes en la Selección) celebró con una seña clara dirigida a quienes, desde afuera, comprendían que algo no estaba bien (Manzana podrida)

Resurgir en Xelajú

Pero el fútbol siempre da revanchas, y Chuchito se encargó de construir la suya con paciencia y talento. Desde su llegada a Xelajú MC, su nivel ha sido superlativo. No solo ha comandado la media cancha del equipo altense, sino que ha sido clave para que el club se clasificara a las semifinales de la Copa Centroamericana y, de forma automática, asegurara su presencia en la próxima CONCACAF Champions Cup.

Su rendimiento no pasó desapercibido. Ni para la prensa, ni para la afición, ni para un cuerpo técnico que, tarde o temprano, tuvo que escuchar el clamor popular.

El grito de la afición: que vuelva ‘Chuchito’

En cada programa deportivo, en redes sociales y en las tribunas, la petición era unánime: Chuchito debía regresar. No se trataba sólo de fútbol, se trataba de dignidad, de compromiso, de entrega.

La Selección necesitaba alguien con temple, con liderazgo natural, que se pusiera el equipo al hombro cuando las cosas se pusieran cuesta arriba. Y pocas figuras encajan mejor en ese perfil que Antonio López.

Una oportunidad para sanar y liderar

Su convocatoria no es solo una decisión deportiva. Es una señal de reconciliación. Una muestra de que las diferencias pueden superarse cuando el bien común está por encima de los egos. Y también es una nueva oportunidad para que Chuchito demuestre, dentro de la cancha, que nunca debió haberse ido.

Todo apunta a que tendrá minutos en los partidos clave de octubre. Guatemala necesita victorias urgentes para mantener viva la esperanza. Y ahora, al menos, cuenta con un alma de regreso.

En Fin: el fútbol como redención

Antonio de Jesús López no solo vuelve a la Selección. Vuelve al corazón del pueblo futbolero. Su regreso simboliza mucho más que una convocatoria: representa la posibilidad de un nuevo comienzo. Para él, para sus compañeros, y para toda una afición que, a pesar de todo, sigue creyendo. El Chuchito López sacrificó mucho de su carrera en México al decidir jugar para Guatemala, según lo dicho por el en una entrevista, y era un tanto injusto su ausencia.