La reciente derrota de Antigua GFC frente a Guastatoya ha dejado un sabor amargo en la afición, con el técnico Roberto Montoya celebrando con entusiasmo la victoria sobre su exequipo. Sin embargo, más allá de la alegría del estratega rival, el desempeño de los Aguacateros dejó muchas dudas en el terreno de juego.
La incapacidad de Antigua para detener los escasos pero efectivos embates de los Pecho Amarillo revela fragilidades en la defensa del equipo. Dwight Pezzarossi, al mando del banquillo, parece enfrentar dificultades para leer adecuadamente el desarrollo de los partidos. Además, los cambios realizados durante el encuentro no lograron cumplir con el cometido de cambiar la dinámica del juego a favor de los Aguacateros.
La situación se complica aún más con el denominado "Marcador Mentiroso", un término que ha cobrado relevancia en los encuentros en los que muchos creen asegurados los partidos tal como sucedió con Antigua y Xela en la Final pasada. Este marcador, que muchos equipos han logrado remontar, plantea un desafío adicional para el equipo verde y blanco. La necesidad de superar esta etiqueta y demostrar que la remontada es posible se convierte en un objetivo clave para el conjunto.
Aunque la noticia negativa del partido fue la lesión de Andy Ruiz, jugador del equipo rival, es importante destacar que se lamenta la situación, al tratarse de un exjugador de Antigua que logró el ascenso de segunda a primera división cuando era más joven. A pesar de un golpe que resultó en la fractura de mandíbula, se agradece que Romario Da Silva solo recibiera una tarjeta amarilla. Este incidente subraya la importancia de mantener la integridad física de los jugadores y la necesidad de crear conciencia en todos los jugadores de cuidarse entre sí, ya que por este tipo de situaciones, salieron lesionados en el anterior juego de Antigua Ardón y Bradley.
Este marcador, que muchos equipos han logrado remontar, plantea un desafío adicional para el equipo verde y blanco.
Con la difícil tarea que se avecina en el partido de vuelta, Antigua GFC tiene la oportunidad de darle la razón a quienes creen en la posibilidad de una remontada. La adversidad, aunque desafiante, puede ser un catalizador para el resurgimiento y la mejora del rendimiento del equipo. La afición espera con ansias ver cómo los Aguacateros afrontarán este complicado escenario y si lograrán revertir la situación.
En resumen, Antigua GFC se encuentra ante un desafío importante que va más allá de la pérdida en el marcador. La capacidad de aprender de los errores, ajustar la estrategia y mostrar determinación en el campo será crucial en el partido de vuelta. La esperanza y el apoyo de la afición están intactos, pero ahora es el momento de que los Aguacateros demuestren su verdadera fortaleza.