Una jugada preciosa entre Lewandowski, Gündogan y Lamine desembocó en un 1-0 vital y decisivo para el cuadro azulgrana; Raphinha encontró premio a su partidazo con un penalti en el añadido.
Con más sufrimiento del necesario. Sea como fuere, victoria ultra necesaria para dar un paso de gigante hacia la Supercopa del equipo de Xavi, que aventaja ahora en un punto al Girona en la segunda plaza.
Tras un respetuoso y solemne minuto de silencio en homenaje a César Luis Menotti, inicio más o menos esperado, con los dos equipos intentando ser protagonistas. Imanol no iba a renunciar al balón, eso estaba claro. Raphinha, como siempre hiperactivo, no acertaba en un pase a Lewy en la primera acción del choque, bastante clara. En la siguiente, Sheraldo Becker, un incordio absoluto, se marchaba de Cubarsí y tiraba por encima del travesaño.
Xavi planteaba una presión alta, arriesgada. Y lograba que la Real se precipitase en la salida. En el 20’, otra acción repleta de potencia de Raphinha acababa en un pase atrás impreciso. Poco después avisaba Lamine con una pared rapidísima con Gündogan y un remate mordido ante Remiro.
Tras unos minutos con algunas pérdidas y aspavientos en el bando 'Azulgrana', de nuevo el ex del Leeds protagonista. Disparo seco desde la frontal que pegaba en el palo y 'Gundo' no atinaba en el rechace.
Ejecución perfecta
Estaba mereciendo algo más el cuadro 'Azulgrana' y así fue como una acción magistral de espaldas de Lewandowski desembocaba en el 1-0. El polaco veía perfecto aunque de reojo a Gündogan, el turco cedía en el momento preciso para Lamine y el de Rocafonda definía. Siete goles y nueve asistencias en su primer año en la élite.
Empezaba la segunda mitad con un balón largo con campo por delante para Raphinha. En esta ocasión al de Porto Alegre no le salía bien el quiebro antes de plantarse ante Remiro.
Bajaba varias revoluciones el choque y entraba en una especie de sopor. El Barça parecía tenerlo más o menos controlado y la Real funcionaba a bandazos. Lamine intentaba hacérsela una vez y otra a Aramburu. Papelón para el chico del filial donostiarra.
Quedaba el merecido premio para Raphinha. Penalti que revisó el VAR por mano de Odriozola y el brasileño, por fin, en el añadido, encontraba premio a su partidazo.