"En nuestras manos", así rezaba el tifo exhibido por el fondo norte de San Siro para recibir a los suyos e intimidar al Nápoles. Les sentó como tiro por la culata, porque los 'partenopeos' salieron con todo y pudieron adelantarse al minuto de juego de no ser porque entre Krunic y Calabria le negaron bajo palos el gol a Kvaratskhelia. No cejaron en su empeño los pupilos de Luciano Spalletti en busca del gol, pero las contras del Milan tenían mucho veneno.
En una de esas, Brahim arrancó en una conducción flashback que recordó los mejores días de Kaká por estos lares, abrió a la derecha para Rafael Leão, el luso se la devolvió y puso la guinda a su acción con una gran asistencia para que Bennacer firmase el 1-0. La ovación que le regaló la grada cuando fue sustituido fue totalmente merecida y pudo mandar un mensaje claro a quienes no le ven en el próximo Real Madrid.
Se repitió el patrón en la reanudación, pero entre Maignan y la defensa rossonera evitaron el empate del dominador de la Serie A. No fue la noche del Nápoles, que en la recta final tuvo que jugar con uno menos tras la expulsión de Anguissa por doble amarilla. El Diego Armando Maradona dictará sentencia.